Lizardo Enríquez Luna
Por Luis Gerardo Martínez García
A su esposa,
a sus hijos, a sus nietos…
a su familia toda.
Lizardo
Enríquez Luna lector, profesor, colaborador, escritor, editor, padre y
extraordinario amigo; hombre de charla amena nació en Ciudad Mendoza, Veracruz;
su padre, Leobardo Enríquez Escobar fue un obrero textil de la Fábrica Santa
Rosa donde trabajó por más de 20 años [quien también emprendió proyectos editoriales como los periódicos La
Estrella, El Látigo y La Antorcha]. Consuelo Luna
Guerrero, su madre, se dedicó por completo a mantener la armonía, la educación,
la estabilidad y las buenas costumbres en su familia.
El
maestro Lizardo siempre hace grata referencia de sus amigos, de las personas
que influyeron en su vida. Conoció, dice, siendo estudiante de secundaria a Jorge
García Durán (Cuco), quien promovía
concursos de oratoria allá en Ciudad Mendoza; Cuco formó un grupo cultural en el que Lizardo se involucró
directamente organizando varias de las actividades. García Durán, ya siendo su
amigo fue quien le presentó al maestro Marcelo Ramírez Ramírez quien
particularmente se convertiría en uno de sus mejores amigos desde 1965 a la
fecha. Víctor Raúl Domínguez también se convirtió en su gran amigo y maestro.
Otros dos lo fueron también: Alejandro Domínguez (a quien conoció en la ciudad
de México) y René Carbonell de la O, siendo este una gran influencia literaria en
él.
Enríquez
Luna estudió en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”
porque su padre lo apoyó para eso (se ingresaba en ese tiempo con estudios de
Secundaria). En la familia no había condiciones económicas para realizar alguna
otra carrera. Estudió ya con el nuevo
plan de cuatro años (en la generación Olímpicos de 1966 a 1969). En la Normal
publicó un periódico llamado Liberal junto con Néstor Enrique
Gómez. Y en sur, con Enrique Jiménez publicó otro periódico llamado Liberación.
Ya como
egresado en noviembre de 1969 inició su trayectoria docente dentro de la zona
escolar de Acayucan, en la escuela primaria rural “Benito Juárez” de Campo Nuevo,
San Juan Evangelista. Ahí estuvo dos años hasta que conoció a otros profesores
que trabajaban en Jáltipan. En 1971 se enlistó en un movimiento magisterial que
encabezaba el SETSE, con dirigentes jóvenes que después lo llevaron a trabajar
a una escuela urbana en Jáltipan. Participó en dos movimientos del SETSE: uno en
1971 y otro en 1974. En esa localidad presidió el Círculo Cultural Jáltipan.
A partir
de enero de 1975 Enríquez Luna se va a la ciudad de México a trabajar con el maestro
Marcelo Ramírez Ramírez en la Dirección de Educación Extraescolar en el Medio
Urbano de la Secretaría de Educación Pública. Allá participó en la edición y
distribución de Presencia Educativa que se publicaba en la SEP (revista dirigida
por Alejandro Domínguez Sánchez); además, apoyó en la atención a las Casas de
Estudiantes existentes a nivel nacional.

Enríque
Luna hace remembranza: “Misiones culturales se caracterizaba por ser
administrada desde la ciudad de México. Entonces, la movilización magisterial
era de grandes dimensiones territoriales. La desconcentración administrativa
permitió movimientos de profesores dentro del mismo estado de Veracruz [señala enfático],
por lo menos facilité que los profesores pudieran realizar su trabajo con
confianza, gusto y orgullo”. Y así, participó en varias comunidades e través
del programa Misiones Culturales. También participó en el Centro de Educación
Básica para Adultos. Estuvo ahí cuando se creó el Departamento de Educación
para Adultos CEBAS y Misiones Culturales, aunque luego, por otras razones, se
separaron ambas instancias educativas. El maestro Lizardo también colaboró en
la Dirección General de Educación Popular, en la Subsecretaría de Educación Media Superior
y Superior, en el CIVE y en el TEBAEV en diferentes momentos de su trayectoria
profesional.
Aunque es
lector de casi todos los géneros literarios, la poesía para el maestro Lizardo
es de su preferencia. Conocedor de escritores indígenas mexicanos, europeos y
latinoamericanos: Pablo Neruda, García Lorca,
Nicolás Guillén, César Vallejo, Serguéi Yesenin (poeta ecológico,
contemporáneo de Maiakovsky y de Máximo Gorki). También apasionado de la poesía
indígena ha leído a Juan Hernández (autor de “Pies de India”), a Miguel León
Portilla (en el caso de la literatura náhuatl), a Nezahualcóyotl, y a Octavio Paz, entre muchos
otros.
Lizardo
Enríquez Luna actualmente es miembro de número de la Academia Mexicana de la
Educación, Sección Veracruz. Y señala orgulloso que el común denominador de los
integrantes de dicha asociación civil es la amistad. Dice que él ingresó en una
segunda convocatoria, a invitación del maestro Reynaldo Ceballos Hernández. En
aquel momento para ingresar participó con el trabajo “Utopía, Realidad y
Educación”, trabajo inspirado en los misioneros españoles. De entonces a la
fecha ha participado en la columna del Diario
de Xalapa y demás actividades académico-culturales de la AME-Veracruz. La Academia le ha significado ser un espacio
para desarrollar actividades que en lo personal le han interesado. En 1988 trabajó
el proyecto “Vivamos Mejor” que desarrollaba programas comunitarios en zonas
pobres en varios países. El Dr. en Física Albert V. Baez, presidente de dicho
programa contactó a los miembros de la Academia en Veracruz para emprender el
programa “Vivamos Mejor”, señala Enríquez Luna: “[…] Trabajamos en Las Vigas de
Ramírez con niños de tres a cinco años en un despertar a la vida a través del
conocimiento del medio ambiente, con actividades vitales de desarrollo y una
excelente alimentación. Me dejó una gran experiencia esa relación con el Dr.
Albert V. Baez. De ahí surgió la asociación ´Vivamos Mejor Veracruz´ que
dirigió Ernesto Gerardo Fernández Panes.” En aquel momento el Dr. Albert V.
Baez recibió reconocimiento como Visitante distinguido de la ciudad de Xalapa,
siendo contralor del Ayuntamiento el maestro Jesús Jiménez Castillo.
Amante de
la música propia, (de la música mexicana, del son jarocho, del son huasteco, de
los sones abajeños, de la música andina, de la trova cubana, del danzón, del
son cubano, y del rock en español de los sesentas), Lizardo Enríquez Luna es
para muchos de nosotros un maestro de literatura y de la vida. Hombre justo que
ha medido con sabiduría los pasos que en su andar ha dado con libertad e
inteligencia. Enríquez Luna es hoy uno de los grandes conocedores de la
educación de adultos y la educación primaria; pero sobre todo es un profundo
conocedor de la calidad humana, y respetuoso de la diversidad de pensamiento.
Lizardo es un maestro de convicciones, responsabilidad y compromiso a quien
siempre se le aprende algo en esas amenas charlas que ocasionalmente le regala
a alguien de sus amigos. Nuestra admiración fraterna.
sinrecreo@hotmail.com