¿Cómo nació el SDTEV?
Por Luis Gerardo Martínez García
A los maestros Daniel Fernández
y Enrique Cruz Canceco
Oswaldo Ahumada
Sánchez, profesor, publicó en 2008 el libro La lucha del democrático (Mis
memorias y una reflexión). Ya jubilado da cuenta de los pormenores del
nacimiento del Sindicato Democrático de Trabajadores de la Educación de
Veracruz (SDTEV). Después de doce años de jubilado, y después de varias
resistencias, se decidió por escribir este parte de la historia de la educación
en Veracruz. No se queda en un anecdotario; este libro está pensado desde
argumentos, testimonios y documentos que detallan el transcurrir del tiempo
como ese testigo cómplice de lo que en ese momento representó un movimiento
magisterial abanderado en la democracia.
En un
acto de escritor honesto, Ahumada Sánchez advierte “No pretendo que ésta sea
una historia acabada o definitiva. Cuento lo que viví y cómo lo viví. Es
posible que otros tengan otra visión y habrá que respetarla. No hago juicios de
valor, ni estudios comparados, eso, quizá algún día, lo haga la historia del
sindicalismo en Veracruz.” Y tiene razón el profesor Ahumada. En cada frase, en
cada párrafo, en cada página da cuenta puntual de cómo vivió los acontecimientos
que dieron origen al SDTEV [junto con otros profesores a los que cita con
nombres y apellidos, reconociéndoles su participación valiente, decidida e
inteligente].
Nada
fácil les resultó a los profesores el nacimiento del SDTEV. En junio de 1982
cumplía su primer aniversario. Festejaban en el desaparecido Cine Radio con la
participación del ballet folclórico de la Universidad Veracruzana y la
asistencia de más de mil ochocientas personas. Ahumada cita parte del discurso
del profesor Luis Amado Rodríguez Rossainz “para vergüenza de nuestros enemigos
y detractores, hoy, celebramos un año de existencia como una nueva fuerza
sindical […] gracias al apoyo de ustedes, compañeros, hemos logrado llegar
ilesos a la otra orilla de las vicisitudes.” Toda la narrativa de Ahumada
Sánchez le permite al lector visualizar en el imaginario colectivo los pasajes
históricos que, vistos a la distancia, dan cuenta de lo que hoy es el SDTEV.
Otro
pasaje histórico, al que refieren en muchas ocasiones los agremiados a este
sindicato y que se menciona en el libro, es el hecho de que Ahumada Sánchez (el
autor) fue detenido acusado de presunto fraude. “Nos encañonaron [elementos de
la policía judicial]. El rostro de mi hijo, que tenía el cañón de una pistola
casi en la frente, reflejaba el inmenso miedo infantil pero no pudo hacer nada
[…] sin ninguna explicación fui detenido y trasladado a los separos de la misma
judicial y después a Pacho Viejo”, ahí estuvo preso treinta días. Después de
salir libre bajo fianza siguió su proceso por seis años y medio hasta que ganó
el proceso, quedando en absoluta libertad, sin antecedentes de ningún tipo.
Incluso,
se afirma en el libro que después de manifestaciones de lucha, el gobierno
estatal de ese entonces denunció a los dirigentes del SDTEV por los delitos de
motín y sabotaje (penalidades elevada y sin derecho a fianza).
Aún con
el aparato represor, los dirigentes salían a defender los derechos de los
trabajadores con un espíritu de lucha fundado en la defensa de la educación
gratuita y laica. Ahumada Sánchez cita huelgas, desplegados, declaraciones,
manifiestos, telegramas, encuentros y desencuentros.
Finalmente,
da testimonio este libro, el 28 de noviembre de 1982 se declara el
reconocimiento al SDTEV como una organización que cumpliría con todos los
requisitos legales. Quienes firman el convenio fueron Agustín Acosta Lagunes
(Gobernador Constitucional de Veracruz) y Francisco Montes de Oca López
(Subsecretario de Gobierno). Cita “El Gobierno del Estado reconoce que el SDTEV
es una Organización Sindical que ha cumplido con los requisitos tales como
número de miembros, estatutos aprobados y elecciones de los integrantes de su
Comité Ejecutivo por lo que tiene vida jurídica propia, está capacitada para
defender a sus agremiados ejercitando en su caso las acciones legales
pertinentes (…)”
Con esto,
La
lucha del democrático se convierte en un libro digno de ser conocido
entre la comunidad magisterial interesada en la historia de la educación de
Veracruz. Cierra el autor su libro con un deseo, que a mi parecer es oportuno y
digno de mantenerse vivo en la mente de los maestros veracruzanos
pertenecientes a esa organización sindical: “Ojalá las nuevas generaciones de
nuestra organización se interesen por lo aquí narrado. Ellas tendrán que
decidir, con lo poco que aquí se dijo y con lo que abreven en otras fuentes, si
el SDTEV, al que tanto quiero y que significó esfuerzo y sacrificio de muchos
compañeros es democrático o cuán democrático es; si hay igualdad de condiciones
para acceder a los puestos de elección sindical; si se toma en cuenta la
opinión de la base y si el rumbo que se sigue es correcto.” Así es como termina
su libro el profesor Oswaldo Ahumada Sánchez con una narrativa clara, precisa y
bien pensada.
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