Raúl Arias L. y el valor de la
Universidad
Por Luis
Gerardo Martínez García
Mi pretensión es rescatar del informe del rector de la Universidad
Veracruzana, lo que a mi parecer es lo más importante. A sabiendas de que un
informe comúnmente se piensa en dos vertientes, el auto halago y la reflexión
[entre otros tantos componentes técnicos]. De lo presentado por Raúl Arias
Lovillo el 4 de septiembre, retomo la reflexión de su discurso leído ante el
Consejo Universitario General.
El discurso, con una fuerte carga política, hace referencia a algo
esencial: el valor de la universidad como esa entidad comprometida con la
sociedad: “Somos diversidad y multiculturalismo, que reclama para su
preservación y engrandecimiento, unidad, diálogo y respeto con lealtad a
nuestras tradiciones; trabajo académico con sentido crítico para propiciar el
ensanchamiento de la libertad y el progreso de nuestra sociedad.” Un discurso
sustancial que engloba a los actores de la universidad: estudiantes, docentes,
investigadores, escritores, funcionarios, autoridades, administrativos y dirigentes
sindicales; que reivindica el sentido de una identidad común con todos los
universitarios, “Somos expresión de
luchas comunes y aliados por las mejores causas de México […] A los
universitarios nos unen los ideales de libertad, justicia y autonomía
universitaria. Nos anima el objetivo de engrandecer a nuestras instituciones
para cumplir el papel educativo y social que nos corresponde”; incluyente en
esencia, el discurso de Arias Lovillo dibuja el alcance de una universidad
viva, legítima, fortalecida con grandes retos por enfrentar ante la
persistencia de graves problemas en la educación superior.
Raúl Arias fortaleció su discurso político ante los universitarios y la
sociedad, haciendo alusión a los exrectores de la UV, a los rectores de otras
universidades, a los intelectuales vinculados a esta Institución, y citó [única
referencia directa] al escritor Carlos Fuentes: “No nos atenemos nunca a un
dogma, a una esencia, a una meta excluyente, decía nuestro inolvidable Carlos
Fuentes. La Universidad está –como él pensó que debemos ser cada uno de
nosotros- para ayudar al mundo a recrear una modernidad incluyente, capaz de
abrazar razas, culturas, aspiraciones diversas.” En ese sentido también hizo
referencia a las donaciones que reafirman el vínculo de la Universidad con la
inteligencia mexicana, siendo depositaria de las bibliotecas de Germán Dehesa,
Rodolfo Usigli, CONABIO, Francisco Morosini, Sergio Galindo y de Carlos Fuentes
y Silvia Lemus.
Para hablar de la Universidad Veracruzana, Arias Lovillo decide dividir
la temporalidad institucional en tres grandes momentos. Primero habla de los
inicios de los ochenta en que la UV ya contaba con más de 50 mil estudiantes
(aunque, aclara, que tras la grave crisis financiera nacional, hubo un
decremento en la matrícula a 47 mil estudiantes); como un segundo momento,
habla de la década de los noventa en que la UV recibe la autonomía (1996), lo
que le permite iniciar procesos de profundas transformaciones académicas (alude
al controversial Modelo Educativo Integral y Flexible [modelo que podrán
evaluar, criticar, comentar y analizar quienes tengan más elementos
teórico-vivenciales]); finalmente la tercera etapa la marca el rector de la UV
a partir de 2005: “De 2005 a 2011 crecimos en un 33 por ciento. Pasamos de 41
mil a 55 mil estudiantes [dato que ya no me quedó muy claro]. Aumentamos la
inscripción de los alumnos de primer ingreso de 10,625 a 13,525, es decir, un
26 por ciento […] Diversificamos y regionalizamos nuestra oferta educativa, de
140 a 180 programas educativos.”
De igual manera, de ese mismo periodo habla de los reconocimientos
recibidos por el compromiso social
de la Universidad; del trabajo de vinculación
con el sector productivo [la UV es líder en el fortalecimiento de la red
nacional de centros para el desarrollo de las pymes]; de la relación con el sector gubernamental
(con el establecimiento de observatorios urbanos onu-habitat, asesoría técnica
para la gestión municipal y atención a municipios con altos niveles de
marginación social de Veracruz). Alude Raúl Arias también a la formación,
creación y difusión de las artes como una de las fortalezas históricas de la
UV.
Es verdad. Raúl Arias defiende lo que a su parecer es lo más
trascendente; hace hincapié en los logros de su administración como rector y
que sirve como una acción para la transparencia y rendición de cuentas.
(También sirve para mantener informada a la sociedad, como universidad pública
que es). Pero valora el trabajo colectivo de los universitarios de cara a una
sociedad compleja y un Estado en crisis. La UV seguirá siendo la institución de
educación superior con mayor presencia en Veracruz, con su compromiso y
responsabilidad fincadas por años. Vale reconocer en el discurso de Arias
Lovillo el valor que le da a la Universidad “La universidad es por definición
inconforme y parte de su esencia se nutre de la búsqueda incansable de la
verdad, de la búsqueda de nuevos caminos para contribuir al abatimiento de la pobreza
y a la realización de la justicia social.” A Raúl le queda un año de trabajo como
rector en el que sabrá encauzar las principales fuerzas políticas y programas
académicos de la Universidad.
sinrecreo@hotmail.com