2012/09/08



Llamamientos de González Casanova
Por Luis Gerardo Martínez García

Pablo González Casanova, filósofo e intelectual mexicano, nació el 11 de febrero de 1922 en la ciudad de Toluca, Estado de México. Acreedor a tres Doctorados Honoris Causa (UNAM, UAP Y Computense de Madrid) planteó recientemente 17 llamados para la civilización mundial de abajo y a la izquierda, enfatizando “Teorías y prácticas que vienen de abajo y a la izquierda tienen la originalidad de criticar al poder cuando éste se siente distinto de la sociedad y cuando se separa de la sociedad.”

González Casanova, un pensador antimetafísico, formado por intelectuales españoles y mexicanos, se dice influenciado también en sus sentimientos intelectuales por don Alfonso Reyes. En esa formación “…también influyó mi padre por lo que se refiere a los indios de México y a una visión del mundo más abierta, un poco filológica, clásica y romántica…” Sin intentar justificar con ello su postura ante los nuevos movimientos del pueblo desde una perspectiva democrática, sí podemos recuperar esa parte humana de don Pablo para poder leer mejor la realidad desde sus argumentos sociales y filosóficos.

Si pensamos en el conocimiento y la acción de un movimiento mundial como el de los indignados, pronto advertimos que hay problemas teóricos y prácticos considerablemente distintos a los que se plantean en la academia, en los partidos y los gobiernos. Afortunadamente tenemos la posibilidad de enriquecer nuestro conocimiento con las preguntas que los pueblos se hacen y con las respuestas que se dan, afirmó Pablo González Casanova en su ponencia dada a conocer en el Seminario Internacional “Planeta Tierra: movimientos antisistémicos”.

En ese marco de pensamiento, González Casanova expone una serie de reflexiones que vienen de abajo y a la izquierda y cuya respuesta busca el triunfo de los indignados y de los pobres de la tierra, que pone a consideración para su enriquecimiento.

1. El llamado a perder el miedo antes que nada, que el movimiento zapatista destacó como un requisito para pensar y actuar.
2. El no pensar sólo en qué hacer sino en cómo lo hacemos.
3. El precisar con quiénes –lo hacemos– en las distintas circunstancias.
4. El aclarar nuestras diferencias internas con un nuevo estilo de discutir y acordar.
5. El rechazar terminantemente la lógica de la caridad. Y también la lógica del paternalismo, pues ambas ocultan la manipulación. Caridad y paternalismo son la cara buena de la cultura autoritaria.
6. Combinar la lucha por los derechos de los pueblos, los trabajadores y los ciudadanos con la lucha por la construcción de una sociedad alternativa en que los colectivos de los buenos gobiernos practiquen el mandar obedeciendo. Precisar con ejemplos en qué consiste la práctica del mandar obedeciendo.
7. Dar los pasos necesarios para que el proyecto emancipador sea realmente incluyente, y dé lugar a un trato respetuoso de las diferencias de raza, sexo, edad, preferencia sexual, religión, ideología y nivel educativo.
8. Redefinir los conceptos de la libertad, la igualdad, la fraternidad, la justicia, la democracia… Redefinirlos en la vida cotidiana, en el aquí y el ahora.
9. Actualizar constantemente los conocimientos sobre las contradicciones en los propios movimientos emancipadores, y no sólo sobre las contradicciones externas.
10. Fomentar el respeto a la dignidad y a la identidad de personas y pueblos, sin caer en el individualismo o el aldeanismo, y antes cultivando la emancipación universal. (Estos diez llamados, más siete más).

Todos esto socializando sobre dos grandes situaciones en que coinciden las movilizaciones: en que el capitalismo corporativo es el origen de todos los problemas que afectan y amenazan a la humanidad y en que la solución es esa democracia de todos para todos y con todos que no se delega, y que algunos llaman socialismo democrático y socialismo del siglo XXI. Esta es una muestra del pensamiento de Pablo González Casanova.


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